El final del régimen

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          Los resultados de las elecciones del pasado 25 de Mayo ponen de manifiesto la tendencia a la  destrucción del bipartidismo tal como lo hemos conocido. Emergen nuevas formaciones cuya llegada solo podemos bendecir como una saludable ráfaga de viento fresco en el podrido statu quo que pade-cemos los ciudadanos todavía.

         El bipartidismo se hunde. En el PSOE ya lo han comprendido. En el PP todavía no. Es como    en la película de Amenábar ("Los otros"): están muertos y no lo saben. Di-cen que han ganado las elecciones. A decir verdad, parece mentira que a estas alturas, con la que está cayendo, aún haya gente que les vote. Según la prensa han obtenido un 26 por ciento de los votos. ¿Tanto estómago agradecido hay en España que se benefi-cia de que este corrupto partido esté en el poder? Si sumamos diputaciones provin-ciales, autonomías, gentes del partido, gentes del senado, ayuntamientos y otras corporaciones y organismos estatales, autonómicos o municipales donde puede llegar la larga mano de esta caspa, nos pueden salir las cuentas. Toda esa gente apoya este desbarajuste porque son una minoría privilegiada y lo saben. Que en Alemania triunfe la derecha de Merkel es normal: ellos viven opíparamente a costa de la miseria de la Europa del Sur.


           Pero que en España este partido aún siga siendo votado nos hace recordar aquella reflexión del escritor, referida a otra época histórica de España:

         Pero el despertar de la ciudadanía y la tendencia se confirman. Muy probablemente en las próximas elecciones, el bipartidismo sólo alcanzaría una presencia testimonial, residuo doloroso de una época mediocre que será preferible olvidar.

         Como no podía ser de otra forma ya han comenzado las envidias de personajes tan ne-cios y narcisistas como FG: gordo, corrupto y senil, tipejo tan lamentable por su ejecutoria profesional que aún pretende dar lecciones, como si sus acciones no hablaran suficietemen-te claro de lo que es él: un embaucador, un bluf, un fraude...No sé cómo aún le permiten sa-lir en las televisiones a decir paridas. A éste, al Ansón y a otros más les mandaba yo al ge-riátrico...

         Las posibles alianzas de la izquierda en el futuro inmediato hacen posible la formación de una mayoría que pueda sacar a Europa y a España de la dictadura de los oligarcas que ha depauperado a la población más vulnerable, alcahueteando para el gran capital.

         El bipartidismo está herido de muerte. Es un régimen entero el que agoniza. Ojo con el ascenso del fascismo en Francia. Si Hollande ahora de verdad hace política de izquierdas puede que recupere un territorio que ahora le ha arrebatado la extrema derecha. A ver si tiene valor. Los de ZP, aquí en España, no lo tuvieron. No sólo eso: pactaron una reforma express de la Constitución con el PP para contentar a los mercados en contra de la ciudada-nía. Por eso ahora están como están: abismados en el quinto infierno.